EL PRIMER ORO ARGENTINO

           La primera medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos para Argentina se colgó en el cuello del boxeador Ángel Pedro Victorio Avendaño, más conocido como Víctor, el 11 de agosto de 1928 en Ámsterdam.  Categoría semipesado.
 “A mí el boxeo me gustó de alma desde pibe y fue así que empecé a practicar de muchacho”, relató Avendaño en la revista Goles de 1978. Comenzó a entrenar a los 15 años. Su primer logro fue en 1925, a los 18, cuando ganó el campeonato Ciudad de Buenos Aires. Los dos años siguientes defendió su titulo argentino medio pesado.
El muchacho nacido en Lincoln (Buenos Aires) el 5 de junio de 1907, tuvo la chance de representar al país en la cita Olímpica de 1928, solo había un impedimento: el servicio militar. Pero gracias a su gran talento en el boxeo consiguió que el secretario de guerra, Agustín P. Justo, le firmara un permiso especial para poder participar.
Emprendió un viaje de 26 días en barco a vapor, hasta llegar a Holanda y  lograr la hazaña olímpica de ser el primer oro argentino. Todas las peleas las ganó por puntos. Primero  al chileno Sergio Ojeda; luego, al sudafricano Don McCorkindale; en la semifinal al canadiense Donald Carrick y en la final al alemán y por entonces campeón olímpico Ernst Pistulla (su pelea más difícil según contó a Goles). Horas más tarde se coronaría en la categoría pesados, Arturo Rodríguez Jurado, el segundo oro en la historia argentina.

Terminado los Juegos, Avendaño dejó de ser aficionado (5 derrotas en 110 combates) y pasó al profesionalismo, pero solo peleó 10 veces. En 1938, colgó los guantes y se dedicó a la dirección técnica. Más tarde, en 1945, se inició como árbitro de boxeo y se convirtió en uno de los mejores de todos los tiempos: dirigió más de 2500 peleas, cuatro de ellas por título del mundo (la revancha de Nino Benvenuti ante Carlos Monzón, por ejemplo). En 1979 se retiró por completo del mundo del boxeo. 

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